COMENTARIO DEL TEXTO DE CARLOS ARANGO POR RICARDO RODRÍGUEZ
"Las competencias comunicativas: De la puesta en escena a la puesta en esencia"
Domingo, 16 de Marzo de 2008
Respecto del lenguaje, como capacidad para comunicarnos, y en referencia al texto en cuestión, me permito la duda que exista a partir de un momento o tiempo determinado como para considerarnos verdaderamente humanos “desde su invención”. Quizás pensar en una evolución, desarrollo y sistematización, como respuesta a las necesidades asociadas a la historia del hombre, es lo que creo facilita el proceso de plena conciencia de su existencia en un periodo histórico determinado. Pensar en la capacidad de abstracción como coincidente con la” aparición” del lenguaje, nos puede llevar al pequeño riesgo de obviar los estadios y saltos cualitativos que debieron madurar para llegar a la concepción compartida y advertida de la historia; de un antes, un ahora y un después (pasado, presente y futuro, que siempre serán historia). Por ejemplo, si tenemos la capacidad de pensar en un futuro mejor, es decir, planificar y construir nuestro pasado, “deberíamos dar lo mejor de nosotros hoy para asegurar nuestra existencia no tan solo individual, sino también de especie”. La trayectoria y el rumbo de las sociedades, no precisamente nos indican ese camino. La fuerza de los hechos, con todas las herramientas conceptuales y conocimientos que nos ha permitido construir el lenguaje, dejan en evidencia que asistimos hoy a la supremacía que vive en la “conciencia de la inconciencia”, la historia del hombre es una historia de guerras, el conocimiento al servicio de determinados intereses, los sistemas educativos instruyen en función de intereses.
Creo que la investigación educativa tiene una gran responsabilidad pendiente, irrumpir con fuerza y dar cuenta de la realidad, plasmar el “pensar “ con el “qué hacer”, que permita “socializar” los avances de esta sociedad del conocimiento, que los descubrimientos pasen de ser deseos de buena voluntad a ejes centrales de cambios en acción.
Con claridad don Carlos Arango plantea y deduce un avance importante en la formación y evaluación por competencias, pues es efectivo que durante años las universidades se concentraron en la parte técnica y teórica de los estudiantes en formación, descuidando el elemento humano, el proyecto de vida, la ética, el reconocimiento de su entorno, la capacidad para trabajar en equipo. Actitudes fundamentales para la formación de excelentes profesionales, que al estar ausentes se les priva del reconocimiento como personas y ciudadanos, relacionados con el sentir. Este último elemento, lo podríamos reconocer en un profesional competente que además de saber y saber hacer, quiere hacer las cosas bien, medido en su capacidad real para transformar y mejorar su entorno con respeto.
El cómo intervenir y transformar con respeto su entorno, la respuesta nos la da la relación que existe entre comunicación y lenguaje. La comunicación como proceso mediante el cual, gracias al lenguaje, podemos compartir ideas, pensamientos y sentimientos con otros. Siendo el ser humano social por naturaleza, necesita de otros para realizar sus proyectos, así la comunicación en cualquier nivel, se hace parte fundamental de la vida humana, este proceso comunicativo y las habilidades desarrolladas para interactuar con los demás, nos lleva a la importancia de adquirir las respectivas competencias comunicativas; Lingüísticas, relacionadas con la adquisición y desarrollo del lenguaje; Paralingüística, se trata de un conjunto de elementos adicionales que acompañan y complementan al lenguaje; Pragmática, el desarrollo de capacidades para convencer y persuadir a los demás; Textual, su objetivo es la producción y comprensión de textos escritos; Quinésica, nos aconseja como debemos manejar nuestro cuerpo según el contexto; Proxémica, la producción de significados a partir del manejo de las distancias; Cronética, la producción de significados con y desde la coordenada tiempo.
Todas ellas son susceptibles de adquirir y mejorar, a partir de reconocer su importancia y un proceso de autocrítica, basado en los tres componentes de la competencia: conocimientos, habilidades y actitudes. Reconocer estas competencias en un marco social, que día a día nos refleja que la vida en sí es un constante pedir y dar entre seres humanos, nos refuerza a ir más allá de poner en práctica las técnicas de comunicación, sino lograr el círculo virtuoso del entendimiento, consensos, saber pedir y aprender a escuchar, a partir de lograr suspender los prejuicios de nuestros interlocutores, lograremos una comunicación efectiva.
1 comentario:
Un 7,o para Ricardo.
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